Muchos científicos se han interesado por el funcionamiento del cerebro del asesino: varios estudios han analizado, por ejemplo, si el sistema nervioso de una persona que ha matado a alguien presenta alguna anomalía o característica que no se encuentre en personas sin antecedentes penales. Uno de los análisis más recientes de este tipo fue realizado por especialistas de Estados Unidos, y hay que decir que sus conclusiones son bastante intrigantes.
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