Por lo general, el diagnóstico de los trastornos del espectro autista (TEA, abreviatura de trastorno del espectro autista) no se realiza hasta que los niños tienen unos años, en torno a los 5-6 años, o incluso más tarde. En el caso de estos problemas es, a su vez, extremadamente importante aplicar intervenciones terapéuticas lo antes posible en los pacientes afectados, ya que así aumentan las posibilidades de que estos niños logren un mejor funcionamiento en el futuro. Ciertas anomalías que pueden ser sugestivas de DAE pueden observarse incluso en el caso de niños de 3 años: ¿qué problemas deben, por tanto, llamar la atención de los padres?