Muchas personas desean tener una sonrisa bonita, sana y blanca. Los productos (fruta, verdura, carne) y las bebidas (café, té negro, bebidas con gas y de color, zumos) que se consumen a diario, así como la predisposición genética, hacen que cambie el tono de los dientes y, más concretamente, que éstos se vuelvan amarillentos o grisáceos.
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