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Acudir a un psicoterapeuta: ¿cuándo acudir a un psicoterapeuta?

Zdzislawa Pilarz M.A.

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Acudir a un psicoterapeuta: ¿cuándo acudir a un psicoterapeuta?

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Hombre mayor

Un psicoterapeuta suele ser un psicólogo o un médico (normalmente un psiquiatra) que ha recibido formación adicional (incluida la autoterapia). Debe trabajar bajo la supervisión de un supervisor.

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Visitar a un psicoterapeuta - Síntomas y curso de la enfermedad

Si experimenta ansiedad e inquietud, cambios de humor, estados depresivos, algo le preocupa o experimenta otros estados mentales, merece la pena plantearse acudir a un psicoterapeuta. A menudo los síntomas de muchas enfermedades o trastornos mentales pueden producir síntomas inusuales.

Antes de acudir a un psicoterapeuta, piense en lo que le aqueja, en lo que cree que padece

No se trata del nombre de la enfermedad sino de lo que la enfermedad significa en su vida. ¿En qué le limita? ¿Qué problemas experimenta actualmente? ¿Qué dolencias físicas los acompañan? ¿Cómo ha cambiado su comportamiento?

La decisión de entrar en psicoterapia es una decisión de entrar en tratamiento. La eliminación de las causas y los síntomas de los trastornos psicológicos es su objetivo principal y primordial. Organizar sus propias experiencias le facilitará hablar con su terapeuta y le permitirá obtener la información que necesita para planificar su tratamiento con mayor rapidez.

Si no se siente enfermo, pero está interesado en la psicoterapia porque le gustaría:

  • mejorar sus relaciones con la gente
  • ser más eficaz en el trabajo,
  • aprovechar mejor su potencial intelectual,
  • aprender a lidiar con el estrés y la tensión,

entonces piense más bien en algún tipo de formación psicológica, por ejemplo, interpersonal, asertividad, aprendizaje rápido, relajación. Muchos centros de servicios psicológicos ofrecen estas posibilidades precisamente a las personas sanas. Encontrará sugerencias y direcciones en revistas como "Charaktery". Del mismo modo, si le interesa el autodescubrimiento, el desarrollo de su propia espiritualidad o las técnicas de meditación trascendental, busque otras vías distintas a la psicoterapia.

Si su enfermedad tiene una base somática y está determinada orgánicamente (es decir, depende de la fisiología y la anatomía), entonces la psicoterapia sólo podrá desempeñar un papel complementario en el tratamiento, puede apoyarle a hacer frente a su enfermedad y a sus efectos. El tratamiento primario seguirá perteneciendo al médico de la especialidad específica y no al psicoterapeuta.

Antes de acudir a un psicoterapeuta, haga una lista de sus propios objetivos, que desea alcanzar con la psicoterapia.

Preséntela en su primer encuentro con el terapeuta. Esto le ayudará a evitar malentendidos y decepciones. Una discusión conjunta facilitará una planificación realista. Un acuerdo mutuo sobre los objetivos de la terapia, el curso de la misma, las normas, los métodos utilizados y las obligaciones de ambas partes (es decir, el llamado contrato) es el preludio de cualquier ayuda psicoterapéutica profesional. El contrato no es una decisión única e irreversible. A medida que vaya obteniendo resultados, puede poner fin a la terapia o ampliar el contrato para incluir otros objetivos que ya hayan surgido en el curso del tratamiento o que sean los siguientes en la lista. En cualquier momento de la terapia, usted tiene voz y voto sobre lo que ocurre y puede negociar las condiciones del contrato.

Antes de acudir a un psicoterapeuta, consulte a su psiquiatra o médico de cabecera si ya está recibiendo tratamiento

La psicoterapia es un método de tratamiento recomendado sólo para ciertos trastornos y no una panacea para todas las dolencias. También en este caso existen contraindicaciones. El uso de ciertas formas y técnicas puede empeorar significativamente el estado del paciente en determinadas enfermedades mentales. En otras, la psicoterapia sólo sirve de apoyo y no puede sustituir al uso sistemático de medicamentos. Una conversación franca con su médico facilitará el mejor uso de todas las opciones de tratamiento disponibles. Su psiquiatra también puede sugerirle direcciones "probadas" de psicoterapeutas cerca de su casa, con los que él ya haya trabajado y a los que pueda recomendarle.

Nota: Si le han recetado medicación y la está tomando, informe también de ello a su terapeuta. En ningún caso, en aras de la planificación de la psicoterapia, cambie arbitrariamente la dosis o deje de tomarlos.

Durante su cita con el psicoterapeuta, pregunte al terapeuta de su elección sobre sus cualificaciones

Un profesional no se ofenderá por ello, sino todo lo contrario. Apreciará la seriedad con la que se toma su decisión de colaborar. El éxito de un tratamiento con psicoterapia sólo puede ser llevado a cabo por personas especialmente formadas. Para ser psicoterapeuta, además de completar una licenciatura (en medicina o psicología) y obtener un primer título de especialización, es necesario seguir una formación especializada, normalmente de varios años. Esto incluye conocimientos teóricos de psicopatología, medicina y psicología, habilidades prácticas en la selección y aplicación de técnicas particulares, prácticas y realización de terapia bajo la supervisión de supervisores experimentados, preparación emocional y, a menudo, también la realización de la propia terapia (denominada de formación). La formación finaliza con la superación de un examen de la junta, tras el cual el candidato recibe un certificado. Se trata de una confirmación formal de las propias cualificaciones. En Polonia, estos certificados son expedidos por la Sección de Psicoterapia de la Asociación Polaca de Psiquiatría y la Asociación Polaca de Psicología. Por lo tanto, no todos los psiquiatras y psicólogos son psicoterapeutas.

Antes de visitar al terapeuta, infórmese de los costes de la terapia

Si ha decidido someterse a psicoterapia en un consultorio privado, en su primera cita establezca no sólo el precio de cada sesión, sino también su frecuencia prevista y la duración (al menos aproximada) de toda la terapia. A veces los terapeutas cobran por las sesiones concertadas y no canceladas a tiempo. Por lo tanto, acuerde qué hacer en caso de ausencia a una sesión acordada y también las normas para finalizar la terapia. Esto le ayudará a hacerse una idea de los costes reales.

Si ha decidido recurrir a un terapeuta contratado por una institución sanitaria no pública, asegúrese de que la institución tiene un contrato con el seguro médico y de qué servicios paga el seguro médico y cuáles paga el paciente. La psicoterapia, como procedimiento altamente especializado, suele estar sujeta a límites y, en muchos centros no públicos, sólo está disponible con un recargo que paga el paciente.

Si acude a un ambulatorio que funciona dentro del servicio público de salud, la psicoterapia es gratuita (la paga la caja del seguro de enfermedad). Sin embargo, tendrá que obtener una remisión formal del psiquiatra de este centro de asesoramiento para ver a un psicoterapeuta. Por lo tanto, será necesaria una cita previa y un examen psiquiátrico.

Durante su cita con el terapeuta, aclare todas sus dudas preguntando directamente al terapeuta

Todas las intervenciones psicoterapéuticas sólo podrán llevarse a cabo con su consentimiento, y únicamente con el objetivo de lograr cambios específicos, previamente acordados con usted (véase el punto 2 - lista de objetivos). Se aplica el principio de mínima interferencia, lo que significa que las intervenciones (acciones) del terapeuta se limitan únicamente a aquellas áreas en las que el propio paciente desea realizar un cambio y que se emprenden cuando el paciente pide ayuda. Esto evita la manipulación de la persona del paciente o la exploración incontrolada e injustificada de sus problemas. Por otra parte, la eficacia de la intervención requiere a menudo una revelación incompleta sobre las técnicas utilizadas. De ahí que pueda ocurrir que reciba información explicativa en forma de descripción general y desprovista de detalles técnicos. Independientemente de las circunstancias, la decisión final siempre corresponde al paciente.

Tras su visita al psicoterapeuta, mantenga sus compromisos

Al elegir la terapia, acepta asumir ciertas responsabilidades. Es su participación en el tratamiento, su parte de responsabilidad. El terapeuta acordará con usted una determinada línea de actuación. Dependiendo de las técnicas utilizadas, esto requerirá más o menos actividad por parte del paciente. Puede tratarse de hacer algunos "deberes" entre sesiones, llevar sistemáticamente un diario, practicar determinados comportamientos o abstenerse de tomar determinadas decisiones hasta que termine la terapia, hacer autoobservación, etc. Además, la terapia siempre requiere puntualidad, honestidad en la presentación de los problemas y. actividad. Si la terapia se lleva a cabo en grupo o por dos terapeutas, esta cooperación también se aplica a los demás participantes en el tratamiento.

El cumplimiento de estas normas es, por un lado, una medida de la motivación del paciente para trabajar en sus propios problemas y, por otro, al asumir la responsabilidad del curso y los resultados de la terapia, un factor importante para reforzar el funcionamiento social maduro y adecuado de la persona tratada y, por lo tanto, la eficacia de la terapia.

Antes de visitar al terapeuta canino, propóngase cambios en su propia vida

La psicoterapia sólo puede considerarse eficaz si conduce a cambios duraderos en el comportamiento, en las relaciones, en las formas de experimentar y, a veces, también en los estilos de vida. El terapeuta le animará, estimulará y provocará para que realice estos cambios. Le apoyará, le ayudará a comprender sus limitaciones, le enseñará otras formas más eficaces de afrontar las situaciones difíciles. A veces puede ofrecerle sugerencias o pistas, pero más a menudo se limitará a apoyarle, inspirarle o simplemente acompañarle en sus luchas consigo mismo. Puede contar con su aceptación, su amable imparcialidad y su empatía. Pero las decisiones y las acciones dependerán de usted. Sólo usted puede tomarlas, ponerlas en práctica y aplicarlas de forma coherente incluso después de haber terminado el tratamiento. El terapeuta no cambiará su vida; sin embargo, sólo usted puede hacerlo.

Con la psicoterapia, ¡simplemente ganará más oportunidades para tener éxito!

Tenga paciencia cuando visite al psicoterapeuta

La psicoterapia consiste en interactuar en el nivel más esquivo y frágil de nuestro funcionamiento. En la vida mental. Cuanto más perturbados estén su desarrollo y su funcionamiento actual, cuanto más numerosos y de mayor alcance sean los objetivos que adoptemos en el tratamiento, más profundamente tendrá que profundizar la terapia: en su historia vital, sus emociones, sus hábitos, su memoria. Tiene que acostumbrarse a la persona del terapeuta, experimentar su competencia, sentirse seguro con él. A veces hay que superar el miedo a volver a lo que dolió o la vergüenza de sacar ciertos temas. Y esto lleva tiempo. Además, prepararse y hacer cambios en su mundo de experiencias internas y en sus relaciones con la gente no sucede inmediatamente. Contar con posibilidades de acción realistas es uno de los criterios básicos de la madurez mental y de una vida sana.

Necesitará tiempo para experimentar todos los resultados positivos de la psicoterapia - a menudo ocurre que sus efectos siguen revelándose mucho después de su conclusión formal. Todo cambio conlleva otro cambio. En un tratamiento bien planificado y ejecutado, el terapeuta ayuda a derribar sólo los primeros bloques de las fichas de dominó, pero usted necesita golpear los que ponen en movimiento todos los demás. Así que dése tiempo a sí mismo y al terapeuta, tanto tiempo como hayan acordado juntos al principio.

Si no está satisfecho con su visita al psicoterapeuta, no se desanime: cambie de terapeuta.

Si no ve ningún resultado en el tiempo acordado, siente que la terapia no hace nada por usted, los síntomas subyacentes persisten y el terapeuta no tiene más sugerencias para usted, no abandone todavía la psicoterapia. Intente cambiar de terapeuta. Busque a alguien que utilice métodos distintos a los de su tratamiento actual. Quizá su terapeuta anterior cometió un error en su diagnóstico o tratamiento. Él también es humano y, a pesar de su preparación, puede cometer errores.

Si en su tratamiento le molestan ciertos sentimientos que surgen hacia su terapeuta y que en su opinión son absolutamente inapropiados o demasiado fuertes, entonces es mejor que hable con él o ella sobre ello. Igualmente si siente que es el terapeuta quien los tiene hacia usted. Esto no significa todavía que la terapia sea un fracaso. Podría ser el resultado de la llamada transferencia, un fenómeno bastante común en terapia y que en algunas formas de terapia es incluso deseable. Una conversación sincera no sólo ayudará a resolver el problema de relación con el terapeuta sino que, sobre todo, aportará una comprensión de las emociones que rigen las relaciones con las personas en general.

Si la terapia ha concluido según lo previsto y le ha aportado resultados satisfactorios, no intente a toda costa continuarla con la misma u otra persona con la esperanza de que ello le garantice la felicidad o le proteja de los errores. La característica más importante de un tratamiento eficaz es que a partir de cierto momento ya no es necesario para usted. Ahora necesita y puede vivir sin terapia. Si desea aumentar sus capacidades o profundizar en su espiritualidad, consulte el apartado correspondiente de la sección 1.