Es muy importante cuidar especialmente a la persona con enfermedad de Alzheimer, para satisfacer sus necesidades básicas y las más elevadas. Lo primero y más importante es preparar adecuadamente el hogar de la persona con Alzheimer. Debe reunir todos los requisitos que les permitan funcionar con normalidad.

La tercera fase de la enfermedad impide a la persona con Alzheimer funcionar de forma eficiente e independiente y, lo que es importante, el hogar de la persona no debe restringirlo aún más. La habitación del paciente no debe contener alfombras, moquetas o felpudos innecesarios que se muevan. El suelo nunca debe estar muy pulido ni ser resbaladizo. Es muy importante que la habitación sea luminosa y que por la noche haya una pequeña lámpara encendida.

No debe haber objetos en la habitación que supongan un peligro para la persona con Alzheimer, por ejemplo, lámparas colgantes, parterres, cables o enchufes eléctricos. Todos estos objetos deben estar muy bien asegurados. Los muebles deben ser pequeños, familiares para el enfermo de Alzheimer, con esquinas y bordes afilados protegidos.

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La puerta de la habitación debe mantenerse abierta en todo momento y no debe haber ninguna llave en el interior de la habitación, las manillas de las ventanas y las puertas de los balcones también deben estar aseguradas. La cama del paciente debe ser baja y tener una esterilla antidecúbito. El paciente también debe disponer de un sillón en la habitación donde pueda pasar el tiempo mientras ve la televisión, por ejemplo.