Los vínculos emocionales, la intimidad y la intimidad física durante la quimioterapia son tan importantes como la medicación, una dieta bien equilibrada o la atención a la higiene. Cuando una persona se siente dominada por la enfermedad, y a menudo también insegura o poco atractiva debido a los cambios que el cáncer ha provocado (como, por ejemplo, la calvicie o la pérdida o aumento de peso), la necesidad de aceptación y cercanía suele crecer.

La actividad sexual durante el tratamiento, coinciden los psicólogos, puede tener un efecto positivo tanto en el estado físico como en el bienestar de la paciente. Teniendo en cuenta que, en muchos casos, no existen contraindicaciones médicas para el cese de la actividad sexual durante la quimioterapia, no hay necesidad de renunciar a esta esfera de la vida en pareja, siempre que haya voluntad y deseo de hacerlo.

No obstante, es importante tener en cuenta que la capacidad de mantener relaciones sexuales puede verse afectada por varios elementos relacionados con el tipo de efectos secundarios del tratamiento citostático.

Disminución de la libido

El tratamiento de quimioterapia suele ser físicamente agotador. A su vez, el propio cáncer tiene sin duda un impacto negativo en la psique de la persona. En el contexto de estos hechos, a veces puede producirse una falta de interés por la vida sexual.

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Problemas de potencia

Algunos medicamentos pueden afectar directamente a la capacidad del hombre para tener una erección. Una mala salud mental durante la quimioterapia también puede ser causa de estos problemas. Afortunadamente, los problemas de potencia son, para la gran mayoría, sólo temporales y pasan una vez finalizado el tratamiento.

Sequedad vaginal

Algunos fármacos citostáticos también pueden afectar a la capacidad de producir lubricante natural en la vagina, lo que puede provocar sensación de dolor durante el coito. Sin embargo, el problema puede resolverse fácilmente utilizando lubricantes disponibles en el mercado.