El aumento de peso durante el embarazo es un proceso natural, pero a algunas mujeres puede resultarles difícil reducirlo después del parto debido a alteraciones hormonales, estrés o malos hábitos alimentarios. En tal situación, merece la pena buscar la ayuda de un dietista si el objetivo es mejorar la dieta y perder peso gradualmente, o de un psicodietista si el problema es la alimentación emocional y la falta de motivación. Además de una dieta adecuada, la actividad física, el sueño reparador y el control del estrés son importantes para apoyar el proceso de recuperación. La lactancia puede favorecer la pérdida de peso, pero no sustituye a un estilo de vida sano y a unos hábitos adecuados.
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