Tanto el parto natural como la cesárea tienen como objetivo un final feliz del embarazo. Sin embargo, cada uno de ellos, por sus características específicas, conlleva diferentes consecuencias para la salud del recién nacido. Esto se debe a que el método de parto puede afectar a la lactancia, a los procesos de colonización de los intestinos con microorganismos, a la inmunidad y al estado general del bebé.
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