En nuestra imaginación, una persona que sufre hipertensión suele ser un anciano con una gran barriga y un cigarrillo en la boca. Sin embargo, la verdad es otra, porque la mayoría de las personas mayores de 60 años padecen esta enfermedad. Por desgracia, las cifras globales son preocupantes, porque el aumento del porcentaje de niños obesos se correlaciona con un aumento de la incidencia de la diabetes y, precisamente, de la hipertensión. Para un buen control de la enfermedad, es sumamente importante diagnosticarla lo antes posible y aplicar el tratamiento adecuado.
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