El diagnóstico de la enfermedad celíaca en los niños se inicia mejor con pruebas genéticas. Incluso las recomienda la Sociedad Europea de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátricas (o ESPGHTAN). La razón es muy sencilla: se trata de un método muy eficaz para diagnosticar la enfermedad celíaca. Además, las pruebas genéticas evitan la necesidad de realizar una biopsia del intestino delgado, que suele causar mucha preocupación tanto en los niños como en los padres.
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