Una dieta equilibrada es esencial en el tratamiento de la enfermedad tiroidea, pero muchas personas cometen errores que pueden empeorar la afección. Los escollos más comunes son el uso inadecuado de yodo, la eliminación innecesaria de la soja, el gluten y los lácteos sin indicación médica y las dietas restrictivas para perder peso. Tomar suplementos sin consultar al médico también puede causar daños, por lo que un plan dietético siempre debe ser adaptado individualmente por un especialista.
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