La concienciación del paciente es una parte muy importante del proceso de tratamiento. Un paciente informado (y debidamente motivado) está deseoso de recuperarse lo antes posible, aunque sólo sea para salir de un hospital con el que tiene más bien malas asociaciones. Una actitud positiva, según la investigación científica, acelera enormemente el proceso de curación y a menudo es incluso esencial para ello, como en el caso del cáncer. Un conocimiento realista de la propia enfermedad es, por tanto, un factor que ayuda definitivamente a la curación. Pero, ¿qué ocurre si el paciente no es consciente de su trastorno?
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