Las personas sordas o con dificultades auditivas utilizan un lenguaje que les resulta natural, el lenguaje de signos. Se trata de un lenguaje para el que no necesitamos el órgano de la audición. El lenguaje de signos se percibe como un lenguaje visual-espacial que los niños sordos adquieren de forma natural de sus padres sordos. Resulta difícil de creer hoy en día, pero hasta 1974 las lenguas de signos carecían de una versión escrita.
Publicidad: