Las complicaciones tras un infarto de miocardio adoptan diversas formas, siendo las más graves los daños mecánicos que requieren intervención quirúrgica, aunque algunas de ellas pueden ser asintomáticas y detectarse incidentalmente en el ECG de seguimiento. Éstas, sin embargo, conllevan un riesgo muy elevado de muerte, por lo que es esencial un diagnóstico rápido, basado en el examen del ECG y el tratamiento.
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